Queremos construir…
  • Una casa viva que busca la transformación del pensamiento crítico desde la práctica, donde se impulsa el buen vivir y la convivencia horizontal, el feminismo, el eco-socialismo, la soberanía alimentaria, etc.
  • Una casa comunitaria para el encuentro de «defensoras/activistas de derechos» migrantes o autóctonas, en tránsito o permanentes, alojadas o no. Un espacio solidario que procura su descanso, y es su retaguardia, su refugio y su voz.
  • Un espacio de formación y reflexión sobre cómo lograr una acogida justa a personas migrantes y refugiadas, donde intercambiar experiencias para el aprendizaje de nuevas prácticas a través del contraste con las defensoras y los diversos activismos creando itinerarios y circuitos alternativos.

Busca modelos alternativos de organización social fuera de los centros de poder

Desobedecemos al sistema y obedecemos a los derechos humanos

  • Un lugar para el encuentro de movimientos; una escuela transversal que sirva para avanzar en la teoría y en la práctica hacia la confluencia y el encuentro de organizaciones sociales mediante intercambios, reuniones, talleres, cursos, conferencias, etc., y sobre diversos temas como agro-ecología, salud, acogida, desobediencia civil, etc.
  • Una escuela popular permanente que interactúa y colabora con otras experiencias que llevan tiempo trabajando en la educación popular y comunitaria.
  • Una casa-cruce del activismo y la gente del valle de Arratia y alrededores, que propicia una aproximación natural, coordinada con las redes de acogida de la zona como la red Artea Sarea.
  • Un territorio liberado para vivir, reír y soñar. Una casa en el bosque para disfrutar y emocionarnos y para recuperar la cultura popular en toda su riqueza y diversidad.

Bailar, conversar, sentarse al sol, bañarse, comer… son parte de la vida comunera.

Una comunidad mestiza que rompe la dicotomía autóctono / migrante.